viernes, 16 de marzo de 2012

Berlín, o por qué los alemanes son alemanes

El frío llegó un poco tarde al hemisferio norte este año. Enero fue pasable, pero febrero se las trajo con todo. Para colmo, a Fran le quedaba la etapa más fría de su viaje: Berlín, Praga, Munich y Viena.
Su llegada fue tal como lo suponía. El golpe de frío fue instantáneo y fuerte, ya a la salida del aeropuerto. El día estaba soleado, pero lo grados brillaban por su ausencia.
A la tarde llegó al hostel, se acomodó, se abrigó de formas que no concebía posibles y salió a recorrer un poco. Quince eran los grados centígrados que sobraban para que se pueda congelar agua.
Caminó un buen rato por la ciudad. Mucha nieve. Le quedaba bien a la ciudad. Al rato aflojó en un bar para tomar un café y calentarse un poco.

Plaza de Marx y Engels. A la izquierda, Alexanderplatz.

A pesar de que no son inverosímiles esas condiciones climáticas en ese lugar, tampoco es que todo el año viven así. La cuestión es que durante los tres días que estuvo en Berlín, se cruzó con un montón de alemanes a la tardecita que habían salido a correr. El sol ya había bajado y Fran no podía con su alma. Y los tipos, con calcitas y alguna boludez onda neoprene, trotando por la calle como si nada.
Si pueden hacer eso, obviamente pueden reconstruir el país después de la GM II, o cualquier cosa que se te ocurra.

Desde un puente. Dicen que hay un río abajo.

The wall
Antes de que miles de personas vayan al mejor estadio de la Argentina a ver a Roger Waters, Fran fue a ver uno de los muros más grosos. El que dividía a RFA de RDA, el que sitiaba a Berlín Occidental dentro de la Alemania Oriental.
Aún queda kilómetro y medio visitable. Está pintado por diversos artistas, y en general está bastante bueno. Algunas cosas, como esta, se entienden bastante. Otras son como más... abstractas.

Sorpresa. No aparece el de San Isidro – San Fernando.
Museo
Para variar, Fran fue al museo de arte contemporáneo local. Para variar, le gustó. Se encontró con tres buenas noticias.
La primera, una muestra de Tomás Saraceno, un tucumano. Fran no lo conocía, pero le gustó mucho lo que vio. Un espacio enorme, con círculos de plástico a los que se podía acceder y se accedió, en patas–, sogas de una punta a la otra y demases. Va foto ilustrativa.

Arte. ¿Plástico o burbujas sacadas del Bubble Bobble?

La segunda, obras varias de Andy Warhol. Fran había enganchado alguna suelta, pero acá pudo ver varias. Crack el muchacho admirado por el otrora jefe de gobierno porteño. La última, se encontró con una proyección de Anri Sala, el albano que le había gustado en la Serpentine Gallery de Londres. Pero como estaba por cerrar el museo, fue todo un poco acelerado.

lunes, 5 de marzo de 2012

Barcelona, la revancha

El retorno a Barcelona se produjo durante una fuerte ola de frío polar. Esta ciudad no se conoce justamente por sus bajas temperaturas, sino al contrario. Los habitantes no están para nada acostumbrados a que no haya grados centígrados, a diferencia de los salamantinos. Pero Rodrigo bueno, el frio catalán fue lo que le tocó a Fran.
En su anterior visita, Fran había podido conocer muchos de los lugares recomendados de la ciudad. Le quedaron principalmente tres según lo que priorizó, que fueron los que fue a conocer. Uno fue el Camp Nou, de lo que se habla en el post anterior. Los otros dos van a continuación.

Gaudí, capo
Fran ya había conocido la Sagrada Familia y el Parc Güell, tal vez las dos cosas más grosas de este artista local.
Llegó un viernes a la tarde a la ciudad, y aprovechó para conocer un par de casas hechas por él: La Pedrera y Casa Batlló.
A la primera pudo entrar. Había una muestra de arte, con altibajos. Algunas cosas estaban buenas, otras hasta un quiero. Está situada en una esquina, como se ve en la foto. Es grande, y la verdad es que está buenísima. "Creo que una de las cosas por las cuales Barcelona es tan genial es porque en un punto todas las casas intentan ser este tipo de casas. No ser una más, sino tener una vuelta de tuerca más para ser más estética", sostuvo Fran.

Casa Milá. Para los amigos, la Pedrera.

Casa Batlló está muy cerca sobre la misma calle, el Paseo de Gracia. El Paseo de Gracia es una calle que va perpendicular al mar, aunque no llega. Muere en la Plaza Catalunya, y es muy linda. Doble mano, boulevard en el medio. Muchos árboles, veredas anchas. Mucha gente también, es céntrica. Y por si hacía falta, tiene estas dos joyas.
En este caso, no es una esquina, sino a mitad de cuadra. Y Fran llegó tarde para entrar, por lo que se tuvo que conformar con verla de afuera.

Casa Batlló. Paseo de Gracia al 43.

También es muy linda, y la iluminación acompaña muy bien.

Dalí, crá
Fran ya había visto algunas cosas de Dalí en museos varios. Sobre todo en París, justamente en el Espacio Dalí. Sin embargo, más de una persona le había recomendado que vaya a Figueres, el pueblo donde nació.
Figueres está a poco más de 100 km. de Barcelona, y a 30 km. de la frontera con Francia.
Después de ver al FC Barcelona el sábado a la noche, Fran se levantó temprano el domingo para tomar el tren hacia Figueres. Dos horas de viaje después llegó a este pequeño pueblo. Lo más atractivo que tiene, a lo que fue Fran, es el Teatro-Museo Dalí. Ahí hay, obviamente, un montón de obras de arte de él. Pero la magia que tiene radica en que es un espacio pensado por él. Y si está pensado por Dalí, suele ser una locura total.

Esquina. Árboles, torre, huevos y planetario.

Meterte en ese edificio es una especie de viaje en sí mismo. Tiene otras reglas de juego que la vida real, de alguna manera. Es grande, lleva un par de horas recorrerlo. Pero casi nunca baja la intensidad por la cantidad de cosas que tiene

En el centro, patio abierto. Si ponés una moneda, llueve adentro del auto.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Camp Nou, o a lo que vinimos

Cinco meses duró el viaje de Fran y tardó cuatro y medio en cumplir el objetivo uno de su viaje: ir al Camp Nou. Barcelona fue, de esta manera, la única ciudad que Fran visitó de forma turística dos veces. Por un lado fue por lo que le gustó la primera vez. Pero además, porque le había quedado esa cuenta pendiente.
La visita fue con un tal Lionel Messi incluido. A Fran esto le modificaba casi tanto como que juegue o no Víctor Valdés. La clave era que juegue Xavi Hernández, cosa que no ocurrió por una lesión. Fran banca a Xavi desde que era canterano y suplente de Guardiola, allá por principios de milenio.
El crack que estuvo fue Cesc Fábregas. Luego de verlo varios años por la tele y de verlo en la cancha, cada vez se le profundiza más la inquietud que tiene en torno a él: ¿de qué jugás, campeón? Esta duda está casi al nivel de "¿De qué barrio sos, San Lorenzo?".


Formaditos como en el colegio. Instantes después comenzó el match.

Con capacidad para casi cien mil almas sentadas, es uno de los estadios más grandes del mundo. No tiene divisiones entre tribunas, al igual que el Cilindro de Avellaneda. Está lejos del Estadio do Dragao o del Emirates Stadium en cuanto a comodidades, ya que no es un estadio nuevo. Tiene más que ver con los mejores estadios de Argentina, aunque ninguno de esos lo supera.
Si bien el estadio es hermoso, lo que fue un problema fue la temperatura. A principios de febrero hubo una hermosa ola polar por Europa. Y si bien Barcelona no suele ser muy fría, datos extraoficiales revelaron que en el momento del partido había diez grados bajo cero de sensación térmica. Y no era esta la ciudad en la que uno más se prepara para el frío, por lo que el factor sorpresa jugó bastante en contra.

Afuera los fantasmas
Este partido Fran lo fue a ver con Nicolás José Ruete. Amigo de Fran desde hace años, impactista, compartieron dirección de la mágica Conciencia Política. La cuestión es que, infundadamente (?), Nico le empezó a decir a Fran que era yeta. Todo arranca con la pregunta sobre si Fran había podido grabar algún gol en sus experiencias en estadios europeos, como vemos.

Primera oportunidad perdida. Tiro libre a la barrera.

En el segundo video, una buena jugada que termina en las manos del arquero. Pero Nico ya le empieza a echar la culpa a Fran:

Un tirito. Otra forma de pegarle al arco.

Luego se hace todo mucho más duro, cuando se le pide a Fran que filme el ataque del visitante para que no sea gol. Fran lo filma y no es gol. Pero en la contra, Messi no puede definir bien después de gambetear al arquero. Se hacía complicado pensar que Carlos Saúl I de Anillaco o CFNM eran más yetas que Fran.


"¡Cortá, cortá!" Injustas acusaciones.

Pero lo que todos esperaban, llegó: la defensa se durmió un poquito y Messi aprovechó. Era el 2-0, e instantes después llegó el descuento que sería definitorio.

Toqueteo intrascendente. En un momento, se torna letal.

De esta forma, se alejaron estos fantasmas. Quedan aún el fantasma de la altura, el fantasma de la promoción, el fantasma Benito y, obviamente, el fantasma escritor.

Resultado de la encuesta IX

Una nueva encuesta llega a su fin, y el soberano dio su veredicto (¿XVI?).
Fran nunca ha votado en las encuestas, pero una vez más ganó la opción que hubiera elegido. Por escándalo el colombiano es el mejor acento de nuestro idioma, no debería haber dudas.
El riodelaplatismo se hizo presente en los otros dos lugares del podio. Por un lado los porteños, y por el otro los uruguayos. Gran opción esta última. Según los de Basta de todo, en vez de hablar de agudo y grave, se debería hablar de chileno y uruguayo.
Mitad de tabla para cuatro. El cordobés, idioma del chiste (se recomiendan estos cursos). El cubano, sobrevaluado para algunos. El portorriqueño o boricua, popularizado por Ricky Martin, René Pérez Joglar y Carlitos Arroyo. Y finalmente el rosarigasino y toda su magia.
En el fondo de la tabla, el paraguayo-correntino (algo así como el Hilario Navarro de los acentos) y el venezolano de Fulop.
No sumaron votos el español ni el mexicano (lo que Fran agradece). Y obviamente tampoco el chileno-mendocino. Nadie podría votar eso seriamente.

Un idioma, muchas versiones. El castellano tiene más caras que Harvey Dent.

Si se endiosa al colombiano, está claro que no es por Shakira y Juanes, sino por Evaristo Hurtado.

Encuestas anteriores:

jueves, 16 de febrero de 2012

En pleno vuelo

Luego de cinco meses, Fran está volando al hemisferio sur. Para aquellos que decían "qué gil Fran, escribe en tercera persona", acá está la muestra de que no es así, no es él quien escribe ya que está en el medio del océano. Tampoco tiene nada que ver que blogger permita programar las publicaciones, de ninguna manera.
Quedan varias entregas pendientes, que saldrán a su debido tiempo. Algo así como lo de Gilda, que tiene más discos posmortem que premortem (?).
Para seguir con la música y el momento, se podría decir que los de Sombras hubieran coreado "pega la vuelta", Julieta Venegas "me voy, qué lástima pero adiós", Ricky Martin y los Totora "vuelve, que sin ti la vida se me va", Calamaro "todo lo que termina, termina mal", Charly Gardel "volver con la frente marchita" y una horda de adolescentes emocionados "todo concluye al fin, nada puede escapar".
Pero elegimos la poesía de Kevin Johansen, con la locución de Damián Dreizik:

Tragedia. Los plicles ya no son nuestros.

lunes, 13 de febrero de 2012

Manchester y Liverpool, o un Tokio y me voy

La agenda de Fran marcaba que sí o sí el sábado 4 de febrero había que estar en Barcelona. Le quedaban un par de días en el medio, y, después de Edimburgo, optó por volver a Inglaterra. Como a Londres había ido, fue a las ciudades más futboleras de las islas, aunque no fue ni a Old Trafford ni a Anfield Road.
Fue un día a cada una, por lo que no pudo conocer tanto. En Manchester jugó el factor sorpresa, porque no esperaba mucho ni tenía muchas referencias. Las construcciones son geniales. No al nivel de Londres, pero muy lindos los edificios y las Gastón casas en general.
Se encontró con una iglesia católica hermosa. Nada que ver con las antiguas y muy geniales que vio sobre todo en Italia y España. Esta parecía mucho más nueva, y casi que por el estilo parecía de la América precolombina. Sí, la precisión de la analogía de Fran es directamente proporcional a su conocimiento del arte.

Puentecito en Manchester. ¿La versión inglesa del Puente de la Mujer?

El balance fue positivo, ya que además salió el sol y aflojó el frío escocés. No había muchos lugares para visitar, y como se había tenido que levantar a las 4 de la mañana para tomar el bondi, el cansancio jugaba su partido. Por eso es que se caminó la ciudad mucho, pero después de que bajó el sol se pegó la vuelta para ir a dormir no muy tarde.
Al día siguiente, jugó Liverpool. Liverpool con los Beatles es exactamente lo contrario que Dublín con U2. Lo cierto es que a esta banda inglesa se la relaciona muchísimo con su ciudad. A tal punto que el aeropuerto se llama Jonh Lennon.
Existen mil excursiones para ir a sus casas, a lugares y calles típicas y demás. Era caro, llevaba mucho tiempo y Fran no es fanático de los Beatles. Por lo que no fue a ninguna. Sí fue a The Cavern, el bar donde arrancaron. En realidad, es en la misma cuadra y de los mismos dueños, pero parece que no es el mismo lugar...

Paul, en la caverna. Si es tamaño real, es bastante petiso.

También fue al Museo de Liverpool, que tiene un montón de cosas de la ciudad –desde los primeros asentamientos a la final de la Champions League 2005, pasando por luchas sociales y sí, el cuarteto mencionado–.
De ahí rescató varias cosas. Después fue a una pequeña galería, llamada Open Eye Gallery. Tendía a la Serpentine Gallery de Londres –una de las que más le gustó a Fran–, aunque no era tan genial. Esta tenía básicamente fotografías, y se rescata la sala en la que un chabón tiene fotos con famosos. Por año, de 1989 a la actualidad, lo ves posando más o menos con la misma sonrisa, aunque el pelo cae y la panza crece. Más de mil fotos con famosos, desde Al Pacino a Roger Federer.

domingo, 12 de febrero de 2012

Resultado de la encuesta VIII

El pueblo sufragó nuevamente, la democracia se hizo oír una vez más.
Para aquellos que se quejan de los post deportivos, en este caso ganó por escándalo la opción futbolera. Un gran homenaje al sutil delantero y a la década del 90 en general.
En el pelotón del medio, Macri, Messi, Grondona, el Pity y el Dak*r. Carrió y Bullrich no resultan atractivas ni para ser bardeadas ya...
Y cerrando la encuesta, la opción que obviamente no tendría sufragios. Está claro que Cafiero nos va a enterrar a todos.

El christiancastillismo, de fiesta. Una vez más, la calidad y el recuerdo se imponen

Por si algún ignorante no sabe quién es Christian Gastón Castillo, ahí va el video con peor calidad de todo YouTube. Una muestra gratis de su magia:

Vaselina. Alrededor de unos quince metros se despega del piso la bola.

Encuestas anteriores:
[Encuesta I] [Encuesta II] [Encuesta III] [Encuesta IV] [Encuesta V] [Encuesta VI] [Encuesta VII]

jueves, 9 de febrero de 2012

Dublín y Edimburgo, o cuando los ingleses son los malos de la película

Luego de su visita a Londres en octubre, Fran fue del otro lado del Canal de la Mancha nuevamente. Comenzó por Irlanda, puntualmente por Dublín.
La sensación que tuvo al arribar fue exactamente la opuesta a la que tuvo cuando llegó a Londres. Si bien no se considera un tipo especialmente nacionalista, varios temas históricos y sobre todo el tema Malvinas lo hacían caminar con cierto resquemor en aquella oportunidad. Buen, al llegar a la tierra de San Patricio, Brian O´Driscoll, Bono y Roy Keane sintió eso de que el enemigo de tu enemigo es tu amigo.
La República de Irlanda se fundó en el año 1949. Para los tiempos que se manejan por estas latitudes, esto es ayer. Durante siglos la isla estuvo bajo soberanía británica, a pesar de tener raíces culturales, religiosas e históricas muy distintas. Los intentos por independizarse fueron constantes, y recién ahí fundaron su república con independencia total del Reino Unido. Aunque no lo lograron totalmente, ya que seis distritos del norte –Irlanda del Norte– aún pertenecen al Reino Unido. La reincorporación de estos territorios a Irlanda era por lo que se manifestaba el IRA que llegamos a conocer.
La cuestión es que no se trata de un tema histórico que quedó en el pasado, sino que se palpa constantemente. Casi que forjan su identidad en contraposición a Inglaterra. Por eso es que es uno de los mejores lugares del mundo –buen, de los que ha conocido Fran– para decir que se es argentino.
Dublín es una ciudad intermedia, pequeña para ser una capital europea. Está dividida por el río Liffey, y a diferencia de lo que suele ocurrir, la parte de mayor poder adquisitivo se encuentra del lado sur. La ciudad está buena, más allá de que no tenga algo particular tan deslumbrante.
Igualmente tiene dos datos que son brillantes: el primero es que tiene la escultura más alta del mundo. Una onda Obelisco, pero más finita y petisa –el Obelisco es un monumento, no una escultura–. El segundo es que tiene el único puente del mundo que es más ancho que largo: el río no es muy ancho, y uno de los puentes tiene varios carriles por lado, y ahí tenés el resultado. Sería la 9/7 de los puentes.
El otro dato que le juega a favor es que se puede comer medianamente bien sin tanta plata en la calle. No es necesario caer en los kebabs ni en los arcos dorados. Hay sandwichs de pollo por dos euros que son una gloria. Encima te los hacen en el momento, en las tiendas que son una mezcla de bar de estación de servicio con maxikiosco y Todo por dos pesos.

La escultura más alta del mundo. El cielo, para variar, nublado.


Cómo no ser profeta en su tierra
La banda extranjera que más le gusta a Fran es U2, por escándalo. Logró por ejemplo que conozca un estadio de fútbol –el de La Plata– y no para ver un partido.
Por eso es que, en Irlanda, se interesó en ver qué significaban para la gente local. La verdad es que muy poco. Lo único que pudo ver es una pared celeste, en donde se dice que arrancaron a tocar en la calle –mito al estilo R*cardo Arj*na tocando la guitarra en la calle Florida.
Hasta le costó un montón conseguir merchandising como para llevarse un recuerdo, en una ciudad que tiene un montón de las típicas casas de recuerdos para turistas.

Guinness, la cerveza récord (?)
Un dato no chequeado dice que los mayores ingresos a Irlanda provienen de la exportación de bares irlandeses. Fran no conoce ciudad que no tenga uno, y tiene la teoría que existen en todas las ciudades del mundo –el comentario de “estuve en X ciudad y no hay un bar irlandés” llegando en 5, 4, 3… 
El mito de los irlandeses tomando cerveza tiene su correlato con la realidad, ya que meten mucho bar. El tema es que tienen un horario por lo menos distinto al nuestro. Siete y media de la tarde cenaron y ya están chupando. Le meten varias horas, terminan borrachos, pero a las doce de la noche ya se cagaron a palos y están todos en su camita.
Uno de sus mayores orgullos es una cerveza negra, la Guinness. La verdad, a Fran no le produjo nada. A riesgo de recibir insultos hasta en cantonés, le gusta más la Quilmes Stout. A esto sumémosle que no suelen servir la cerveza muy fría en Europa, lo cual es trágico.
La cerveza que sí resultó ser un hallazgo en Europa, que allá no se consigue mucho, es la Carlsberg. Más conocida como publicidad de la casaca del Liverpool, esta cerveza danesa es lo más. De Zamora, obviamente.

Edimburgo, y nuevamente el tema de las expectativas
Luego de Dublín, Fran cruzó a la isla de enfrente. Edimburgo está un poco más al norte, y Fran se recagó de frío –mientras tanto, viaja rumbo a los 18 grados bajo cero de Berlín. Les manda saludos y dice que los quiso mucho.
Más de una vez se ha hecho referencia aquí al tema de las expectativas: Venecia y Londres son increíbles, pero uno espera mucho de esas ciudades. En cambio, de Bilbao uno no espera tanto, y se puede encontrar con algo impresionante. Eso es algo que modifica mucho la impresión que se tiene y que queda sobre una ciudad, más allá de muchos intangibles e imponderables, que suelen influir.
La cuestión es que Fran se encontró en Edimburgo con una ciudad inverosímil. No es grande, está dividida en una parte vieja y una nueva, que es del siglo 18… Tiene en el centro un castillo hermoso, una mezcla de los del Age of Empires II con el Playmobil. Además, su hostel estaba enfrente.

Prototipo edimburgués. Espacio verde, subida y casita.

Hay varias subidas y bajadas. Y las construcciones, tan facheras, antiguas y tantas, no las vio en ningún lado. Es realmente para hacer un cuento anacrónico. Tiene también parques y espacios verdes muy cuidados y estéticos. Y hasta un cementerio en el centro abierto 24 h –onda Farmacity– que es el epicentro de cuestiones de espíritus y demás. Por los sucesos inexplicables, Edimburgo es algo así como el Uritorco de Europa. Hasta en la Universidad hay una cátedra al respecto.
Acá también tienen sus diferencias con los ingleses. Pero, en contraste con Irlanda, pertenecen al Reino Unido, y muchas de las directivas llegan de Londres. Tienen su propio Parlamento, pero las funciones son acotadas. Tony Blair fue diez años Primer Ministro y Gordon Brown lo sucedió. Son los dos primeros escoceses que ocupan ese puesto, por lo que vienen medio agrandados desde ese punto de vista.
Si bien tienen la misma moneda que en Inglaterra, los billetes son distintos. Están más cerca de ser billetes de Estanciero que plata de verdad. Aunque si lo pensás, con dos libras te hacés alto guiso.
Fran no vio, por lo menos en los últimos doce años, Corazón Valiente –pide que no lo puteen mucho–. Por lo que sabe, puede servir como un buen parámetro sobre el nacionalismo escocés. Él igual prefiere recordar la campaña de William Wallace contra Eduardo el Zanquilargo en el Age II.
Westminster es la catedral de Londres donde juran los reyes. Deben hacerlo sobre una piedra que es escocesa, y que los ingleses robaron hace como setecientos años. A mediados del siglo veinte, dos estudiantes escoceses la robaron en Navidad y la llevaron de vuelta a su país –aunque en el trajín se les partió al medio–. Pero fue devuelta a Inglaterra, y en la década del noventa hubo un retorno oficial de la piedra a Escocia. Igualmente, se supone que cuando jure un nuevo rey debe estar en Westminster. Si hay algo que no le entra en la cabeza a Fran y que suele no terminar de entender es todo lo relativo a la realeza. Tiene pensado empezar a leer Hola para estar un poco más al tanto de estos temas tan importantes.

La rotonda imaginaria
No sólo manejan por la izquierda y es todo un quilombo. Sino que además, tienen la siguiente genialidad.

Un punto blanco en el medio de la calle. En la esquina, escoceses cerveza en mano.

lunes, 6 de febrero de 2012

87,5%

Después de vivir en Castelar y en Salamanca, de tomar helado en Florencia, de pasear por la costa de Marsella, de clavar queijo asado en Ferrugem, de ir al bar de donde surgieron los Beatles y de aterrizar en el aeropuerto Berlín-Schönefeld, ese es el porcentaje de países campeones del mundo de fútbol que conoció Fran.
Tacuarembó, van por vos (?).

Lágrimas. Pablo García –el del tatuaje de Artigas–, Chengue Morales y Diego Lugano, desconsolados. 

miércoles, 1 de febrero de 2012

Nieve salamantina, o el representante de Maxi López pasó por tierras charras

"Sí, Salamanca es bastante fría en invierno. Y suele nevar bastante". Sí, que haga frío en enero es un bajón, pero eran claramente las reglas de juego. Y dentro de todo eso, por lo menos que nieve, así le pone un poco de picante.
Sí, mientras Fran estuvo, nevó en Salamanca. Veinte minutos. De tal manera que no se puede contradecir a eso de que "en invierno nieva en Salamanca", pero a la vez... pura espuma.
Al igual que el 9/7/07, día en que nevó en Buenos Aires, a Fran lo encontró estudiando. En aquella oportunidad, metió finales el 10 y el 11, por lo que tuvo cero margen para interactuar con la nieve. En esta ocasión también estaba estudiando, pero pudo salir a dar una vuelta y tener registro fotográfico del suceso.

Avenida de Portugal y Calle de los Ovalle. Rotondita y restos blancos.

Figura-fondo. Buena forma de camuflarse encontró la nieve en ese auto.

Salamanca es una gran ciudad, muy acogedora, linda, barata, chica... Pero con el tema de la nieve, parece que la hubiera vendido #elrepresentantedeMaxiLopez.